lunes, 9 de septiembre de 2013

Anasagasti

Supongo que este político vasco vive agobiado por la falta de tiempo. Tiene quehaceres muy laboriosos ante sí cada día. Uno de ellos es el de hacer esa ensaimada que le caracteriza y que tan bien le sienta.
Yo entiendo que cuando se mira al espejo se vea tan favorecido que no quiera cambiar. Pero podría plantearse las cosas de otra manera. Si se hiciera las trenzas africanas, dada su pelambrera, podría costarle medio día o más de tiempo. Pero es posible que también quedara muy favorecido y, luego, al no tener que peinarse ya cada día se encontrara con una gran cantidad de tiempo libre. Podría dedicar todas esas horas diarias que ahora ocupa en el tocador a pensar en cosas productivas. Por otro lado, también debería tener en cuenta que la ensaimada no es muy vasca que digamos. Es de Mallorca, si no me equivoco. La ensaimada, por muy bien que le siente, es contradictoria con el cráneo braquicéfalo y el Rh-. Ya sé que ha hecho alguna gestión en el Registro con respecto a ese peinado. Pero aun con eso la ensaimada sigue sin ser vasca.
Otra de las cosas en las que gasta su tiempo es en convencer a quienes pueda de que Sabino Arana, ese orate irredento, fue una persona bondadosa, un vasco de pro, un santo sin peana. Quizá el nuevo peinado le incitaría a abrir la mente, por aquello de que una trenza iría hacia aquí, la otra hacia allá, la otra quien sabe, etc. Si abriera la mente se daría cuenta de que eso de ir diciendo cosas que no son no está bien. Sería más adecuado que explicara que poniendo en Google “Wikiquote Sabino Arana”, sin las comillas, se llega a una página en la que hay muchas citas del espécimen este. De Sabino Arana quiero decir. La apuesta consistiría en ver cuantas citas se pueden leer sin espantarse. Unos están más curados de espanto que otros, pero más pronto o más tarde caerían todos. Me refiero a los seres humanos en este caso.

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