viernes, 26 de diciembre de 2008

Los trucos para burlar el hambre


Existen tretas para saciarse sin pasarse en la comida

 El ejercicio físico moderado y continuado ayuda a disminuir el apetito. Foto:  EL PERIÓDICO
El ejercicio físico moderado y continuado ayuda a disminuir el apetito.
Montserrat Folch
Médica y nutricionista de la clínica Teknon. Autora de El método de la doctora Folch

Existen múltiples trucos para engañar el hambre. En primer lugar reseñamos la manera más fisiológica de control del hambre con la propia comida. También repasaremos algunos conceptos e incluiremos otros relacionados con la actitud diaria ante los alimentos:

El agua. Es la forma más segura, rápida y fácil de calmar el hambre. Cuando llenamos nuestro estómago con agua, esta ocupa gran volumen, sentimos mucha menos necesidad de comer.
Alimentos con fibra. La fibra es el producto natural que mejor actúa sobre el control del apetito. Hace que aumente su volumen en el estómago produciendo gran sensación de saciedad.
Sopas. Ocurre como con el agua, es decir, la sopa ocupa un gran volumen en el estómago.
Caramelos de eucalipto o regaliz. Disminuyen el apetito tomados antes de comer.

Productos dietéticos. Algunos ayudan a aumentar la sensación de saciedad al expandirse en el estómago. Ejemplo: el glucomanano, que es una raíz de una planta asiática; la amorphaphillus, muy rica en fibras solubles. Además, este producto mejora la respuesta glucémica haciendo que se retrase la absorción de los azúcares; también disminuye los niveles de colesterol LDL (malo) y ayuda a combatir el estreñimiento. La recomendación general es tomarlo 30 minutos antes de las comidas con mucha agua, 2 o 3 vasos. También se puede tomar entre comidas para evitar la sensación de vacío en el estómago.

Especias. Las comidas que contienen más especias, también calman más el apetito. También ocurre que la alimentación más especiada, acelera el metabolismo.

Picar entre comidas: Mejor realizar 4 o 5 comidas por día que 2 o 3, ya que al comer de forma más frecuente se mantienen más estable los niveles de insulina en el organismo. Masticar bien. Cuando comemos, el efecto o sensación de saciedad en nuestro cerebro no aparece de forma inmediata, sino que tarda unos 20 minutos en aparecer. Por tanto, masticando bien un alimento hasta que tengamos una papilla en la boca antes de tragarlo, conseguiremos comer menos y seguramente más despacio.

No comer en la cocina. Estamos rodeados de comida que es en general, lo que nos hará sentir llenos o saciados física y psíquicamente.
Comer con música clásica. o música relajante hace que comamos masticando mejor y comemos raciones más pequeñas.

Aumentar la actividad física. Cuando realizamos un ejercicio físico moderado pero continuado, nos disminuye el apetito, además de que tenemos más sensación de que nos cuidamos y eso se extiende también a la alimentación.

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