domingo, 12 de julio de 2015

Un imbécil

Unos pocos decenios atrás me informó un médico de que éste es un término médico, con el que se denomina a ciertas personas que padecen retraso mental. Por dicho motivo, durante un tiempo me costó mucho utilizarlo como insulto. Pero al consultar El Gran Libro de los Insultos, de Pancracio Celdrán Gomariz, veo que Ramón Llull opinaba que imbécil es el asno que anda muy cargado y pretende correr. Y también que Ortega y Gasset decía que 'Ser de izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas formas que el hombre puede elegir para ser un imbécil'.
En los tiempos modernos, en los que todo está a la vista, son muchos los que ponen sus fotografías en las redes sociales para que sus amigos virtuales se hagan una idea de como son. Eso está muy bien, no cabe negarlo. Pero las fotografías revelan mucho. La gente se preocupa, y es normal, de poner fotos en las que sale favorecida, pero hay otros detalles a tener en cuenta, aunque ninguno de ellos por sí solo debería ser definitivo (los imbéciles sólo necesitan un detalle, por pequeño que sea, para arremeter contra alguien). El protagonista de algunas fotos trata de parecer simpático, o inteligente, o bondadoso, pero en algunos se detecta una satisfacción tal que parece que acaben de escribir el Quijote o de descubrir el Principio de Arquímedes.
La historia nos revela unas cuantas hazañas y quien tenga conocimiento de ellas debería querer, en primer lugar, ser capaz de emularlas y, en segundo lugar, debería saber que mientras no lo haga debe refugiarse en la humildad.
También nos enseña la historia que el género humano ha sido capaz de cometer atrocidades enormes, lo que significa que cualquiera es capaz de hacer lo mismo. Estas atrocidades cometidas por otros semejantes nuestros también incitan a la humildad.
La contemplación de ciertas caras induce a pensar en el término imbécil.

3 comentarios:

viejecita dijo...

Arriésguese, Don Vicente : nombre usted a los propietarios de algunas de esas caras...
Por Favor

Isabel Barceló Chico dijo...

Ja, ja, qué provocadora la viejecita comentarista. Pero está muy bien, sí,diga los nombres...

Justo Coll Villanueva dijo...

Es sabido que se cuenta el pecado pero no se identifica al pecador. Eso Don Vicente lo tiene muy "clarinete"