martes, 12 de diciembre de 2017

Estupideces

Uno que nos mira por encima del hombro, otro que rehúye la mirada, el de más allá que se deja fotografiar entre las estanterías de su despacho, en las que se ven miles de libros que seguramente ha leído en su totalidad, son tres de las muchas formas que tienen algunos de marcar distancia, de sentirse superiores a los demás, lo cual es una estupidez.
El sumamente frágil y el más poderoso del mundo puede verse en el trance de necesitar el auxilio del mendigo que tiene cerca. Bastaría con que fuera una posibilidad teórica para tenerla en cuenta, pero el caso es que es real, como cualquiera sabe.
Es evidente que la lectura es un refugio seguro en tiempos de tribulación y una fuente inagotable de conocimiento y de placeres cuando la vida es de color de rosa, pero el hecho de haber leído mucho no constituye una garantía de nada, porque Cervantes jamás pudo tener una biblioteca como esas que se exhiben a menudo y Sócrates no leyó ni un solo libro.
La sabiduría está en el interior de cada uno y es ahí donde hay que buscarla. Uno puede tener muchos conocimientos y ser un necio, como lo prueba la realidad de que algunos han hecho trampas con el fin de conseguir un Nobel. No sirve para medrar, ni para que nadie se doble al paso, como les gusta a los estúpidos que se haga, e incluso puede ser motivo de burlas o de menosprecio. No me extrañaría nada que un niñato sabihondo, un deportista multimillonario, o un patán ensoberbecido se burlaran de un sabio.
Tampoco existe el título de sabio, por otra parte, y quien presume de serlo, y los hay que lo hacen, no lo es.
Cuando alguien necesita sentirse superior al resto es que algo no carbura bien en sus adentros. Está insatisfecho consigo mismo y trata de contrarrestar este sentimiento del modo que puede y entonces incurre en el vicio de la estupidez.

2 comentarios:

Mª Jesús Díaz, mamá de Chusi dijo...

La condición humana es entretenida. Por lo variopinta, sobre todo. Gracias por lo clarito que escribes, Vicente.

Joaquín Castillo Blanco dijo...

Felicitaciones Vicente.
Los idiotas aparecen por todos los rincones.
Un abrazo.