sábado, 24 de febrero de 2018

Las moscas van a los ricos

A nadie le extraña que las moscas se agolpen en torno a los ricos. A los pobres, sean cuales sean sus méritos, por lo general, se les da limosna.
Lo dijo algún pensador: si en lugar de los resultados se tuviese en cuenta el esfuerzo de cada uno, nos llevaríamos muchas sorpresas. Con anterioridad lo había dicho Cervantes: más vale merecer que alcanzar.
Sin embargo, son pocos los que piensan y muchos los que actúan instintivamente, incluso los hay de estos entre los que presumen de pensadores. Los hay que diseccionan lo que sea y actúan como las moscas.
Entiéndase la palabra ‘ricos’ como sinónimo de poderosos. Aunque no todos los ricos sucumben al influjo del poder, creo que sí lo hace la mayoría. Aunque sea tan inteligente como Juan Roig, el dueño de Mercadona, que se cree capacitado para hacernos hablar catalán a los valencianos. Pero no todos los poderosos son ricos, también los hay que tienen algún predicamento, alguna ventaja sobre los demás que impulsa a muchos a tenerlos como jefes de sus manadas.
Un poderoso tiene que comportarse de forma arbitraria y con prepotencia. Si no lo hace así pierde el favor de su público. Al actuar de forma arbitraria admite su derrota en esa lucha vital de cada uno consigo mismo. Esto es lo que hace que las moscas, los numerosos enjambres de moscas, lo reconozcan como uno de los suyos, le aplaudan y le vitoreen.
Si tratara de actuar de forma coherente, de acuerdo con unos códigos de vida y ajustado a la razón a todas esas moscas comenzaría a resultarles incomprensible, le volverían la espalda y dirían de él (o de ella) que es un amargado (o amargada).
De todo esto se infiere que el arte de vivir es muy complicado y que a poco que te descuides quedas excluido de todas las listas, de todos los grupos, de todos los infiernos.

2 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

La coherencia no es una de las cualidades más extendidas, Vicente, ni en la vida pública ni en la privada. Y, por otra parte, también se utiliza a conveniencia. Hoy todo está revuelto, confuso. En fin, estoy un poco pesimista al respecto. Saludos cordiales.

Irene dijo...

Para qué comentar casi lo mismo que Isabel Barcelo.No somos los primeros en vivir tiempos muy deshonestos, no.